Hola a todos.
He estado en pleno cambio de equipo pero la próxima semana vuelvo a la carga con más talleres. Además, he llegado a los mil suscriptores en el canal de Youtube, lo cual me hace pero que muchísima ilusión. Espero que podamos seguir creciendo juntos y compartiendo información interesante sobre literatura y sobre el mundo editorial.
Como sabéis algunos, hace poco menos de un mes que se presentó mi novela «El Gen. Las Ruinas de Magerit.» La verdad es que estoy muy contenta con la acogida, y hoy os traigo la reseña que ha escrito sobre la misma el crítico literario David Torres en la revista Azay Art Magazine.
Os dejo el enlace original y también el texto completo. Si a alguno os interesa adquirir la novela, sólo tenéis que escribirme y os digo dónde y cómo.
Un saludo 🙂
“El Gen. Las Ruinas de Magerit” o cuando los martes no son un día cualquiera.
Por David Torres – crítico literario

El Gen. Las Ruinas de Magerit.
La literatura como las ciudades tiene sus callejones, sus ángulos muertos, sus barrios poco transitados. Allí no hay nada turístico, nada que fotografiar por el viajero que busca lo de siempre. El lector que sólo lee la narrativa homogénea de nuestros días, plagada como está de los mismos clichés una tras otra, es como el viajante que ciudad tras ciudad sólo ve arcos de triunfo, museos y palacios y no cede a perderse por las calles, paseando por los rincones y las plazas que no aparecen en los folletos. Si el lector se atreve a esta aventura dará con títulos como “El Gen. Las Ruinas de Magerit” (Mundi Book, 2013) de Covadonga González-Pola, visita guiada por el suburbano madrileño tras una hecatombe apocalíptica.
Leer “El Gen. Las Ruinas de Magerit” es encontrar fundidos “Los niños perdidos” y los X-MEN en mitad de una sociedad en decadencia. Cuando digo “Los niños perdidos” me refiero tanto al filme “La cité des enfants perdus” (1995) de Caro y Jeunet, como a los chiquillos del Nunca Jamás de Barrie. A la primera, por el ambiente apocalíptico en que se sumerge una sociedad sin tecnología que parece involucionar —acaso por ello se toma el antiguo nombre Magerit para el título— y donde se pierde cualquier rastro de humanidad en sus habitantes; a la segunda, por el grupo de insurgencia juvenil ocultos en un búnker a modo de cueva, desde la que salen a enfrentarse con su particular Capitán Garfio. Cada uno con una facultad, un don, el gen que lo provoca tras la catástrofe, similar a los mutantes de la Marvel que no son sino una evolución de la especie humana en liza contra la decadencia, en línea con la larga tradición de superhéroes a causa de la radioactividad como mitología posmoderna.
La novela, así descrita, no saldría de la ficción, si no fuera por la situación que en los últimos años atraviesa el mundo y por las imágenes, por todos conocidas, del uso de la fuerza policial contra jóvenes manifestantes por las calles e, incluso, por los andenes de metro de las grandes ciudades. Al modo de lo real maravilloso, tenemos una novela más próxima al Punk —sin el lexema Cyber, por la ausencia de tecnología—, en tanto se asemeja a la distopía post-industrial, con Corporaciones Multinacionales en posiciones de poder, y con la sugerencia de que no es un futuro demasiado lejano, lo que aporta un acento crítico a nuestro presente: «no creo que Dios tenga ya demasiado que ver con nada de lo que le suceda a lo que ha quedado de su creación. Aunque tal vez nos lo merezcamos. Tal vez estamos pagando ahora por cómo vivimos antes. Esto, este mundo decadente es lo que sufría la gente en otros países para que nosotros pudiéramos vivir cómodamente. Tal vez hemos sobrevivido para probar nuestra propia medicina». Una decadencia que revive el temor a las consecuencias de aquella Guerra Fría, cuando el ser humano podía irse —y aún puede— en un punto, y que ha vuelto a los tiempos de violencia, el sadismo y la esclavitud, si es que éstos se abandonaron en algún momento, como indica la cita anterior. El Motto de la novela lo ratifica: «El ser humano es una especie a extinguir», claro que, sólo por sí misma.
Con final sorprendente y abierto, como dejando espacio para una saga, en consonancia con los tiempos literarios de las trilogías, secuelas y precuelas, la novela acentúa el papel de la juventud, de la nueva generación portadora de un cambio, o a lo menos de su necesidad, frente al mundo en ruina heredado. Se subraya así el conglomerado de sentimientos y emociones, apasionamientos e impulsiones de la edad temprana, el interior de cada personaje, a través de los cuales toman posesión de su misión vital en medio de la ciudad derruida y de la sociedad corrompida, envilecida, oprimida y atemorizada en su día a día. Una gran familia de niños formada por fragmentos de otras, soledades reunidas de hermanos y primos, amores, amistades y recuerdos, donde cada uno parece guardar un oscuro secreto a los demás, donde todo está interconectado y el lector recompone el puzle capítulo a capítulo por medio de las biografías de cada personaje.
Por último, destaca la innegable visualidad de las escenas y acciones, en ocasiones en slow-motion, con marcado cinematografismo descriptivo, rasgo que nuevamente inserta a “El Gen. Las Ruinas de Magerit” en la literatura contemporánea, tan fuertemente influenciada como está por la narrativa del séptimo arte.
No deja de ser curioso que la novela se presente un martes, el Día del Libro, El Martes que esperemos no acabe como aquel otro apocalíptico que hace las veces de eje temporal en torno al que órbita la razón de ser de la obra.»
Necesito leerla, eso y nada más.
Hola Reynaldo. Puedes adquirir la novela en pedidos@cedesa.com y te la envían a cualquier lugar del mundo.
Debes incluir los siguientes datos:
Título de la Obra: El Gan. Las Ruinas de Magerit.
Autora: Covadonga González-Pola
Editorial: Mundi Book
Espero que la disfrutes 🙂